viernes, 12 de febrero de 2010

San Valentín. La historia. Una reflexión. Una imagen

Este domingo es la festividad de San Valentín, en todo el mundo conocido por ser el patrono de los enamorados, y por tanto ese día todos los enamorados se recuerdan el amor que se profesan uno por el otro.

De mi parte mis felicitaciones para todos los que tienen y dan su amor humano. Ya que aquél que ama a otro, también ama a Dios.

Os dejo dos narraciones y una foto para pensar en este día.

La historia:

San Valentín. Patrono de los Enamorados
14 Febrero

Poco se sabe de la vida de San Valentín, es uno de esos santos en los que la leyenda se confunde con la vida real. De la versiones más aceptadas parece que vivió en el siglo III de nuestra era. Llegó a ser opisbo de Interamna Nahartium (hoy Terni en Umbria, el estado en donde está la ciudad de Asís y que queda de camino entre Roma y Asís, y que sería muy bonito si la pudiesemos visitar ya que allí se encuentran sus reliquias)

Durante el gobierno del emperador Claudio II "el Gótico", éste promulgo un decreto por el cuál se prohibía casarse a los soldados. El ejercito debía estar formado por hombres solteros. Lo que le llevo a tomar está medida fue el pensar que los soldados sin ningún tipo de unión amorosa serían más valientes y temerarios ya que no habría ninguna mujer que les esperase a su vuelta a casa. Evidentemente esta medida fue muy impopular y muchos jóvenes que pertenecían al ejército conocían chicas y deseaban casarse con ellas y formar una familia. Ante estas circunstancias inhumanas, Valentín, se entregó por entero a las parejas. Las visitaba en secreto para casarlos lejos de la mirada de los súbditos del emperador.
La voz de Valentín corría como el viento por las orillas del Tiber y de las colinas romanas. Los jóvenes, valientes y decididos a formar una familia, acudían a él para recibir el sacramento. Les hablaba, les escribía cartas de amor y con su simpatía y su bella juventud, se traía de calle a todos los enamorados.

También por aquella época se había ordenado a todos los cristianos adorar a doce dioses, y se había declarado que asociarse con cristianos era un crimen castigado con la pena de muerte. Valentín se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar sus creencias. Valentín fué arrestado y enviado a prisión.

Valentín fue encarcelado por segunda vez bajo Aureliano, que sucedió a Claudio II "el Gótico".

Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió. El carcelero, habiendo visto que Valentín era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, a recibir lecciones de Valentín. Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentín le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios. Ella vió el mundo a través de los ojos de Valentín, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.

"¿Valentín, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" Julia le preguntó un día.

"Sí, mi niña. Él escucha todas y cada una de nuestra oraciones," le respondió Valentín.

"¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo para que pueda ver. ¡Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!"

Valentín le contestó, "Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en Él."

"Oh, Valentín, yo si creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad. "Yo creo."

Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentín. Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó, -"Valentín puedo ver, puedo ver!" -"Gloria a Dios!" exclamó Valentín.

En la víspera de su muerte, Valentín le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "De tu Valentín". Valentín fué degollado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270,
por mano del soldado romano Furius Placidus, a los ordenes del emperador Aureliano, cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentino para honrar su memoria. Fué enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes, cerca del Coliseo, en Roma. Aunque hoy sus restos están en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni, en donde allí todos los 14 de febrero la iglesia se llena de parejas, todas aquellas que se casarán el año siguiente.

Cuenta la leyenda que Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.


Por esta razón es patrono de los enamorados, un patronazgo popular en todo el mundo cristiano. Este día pasó con la expansión del cristianismo a otros lugares cuyas fiestas de primavera – paganas- pasaron a tener el sello cristiano.

Aunque sean los enamorados los que principalmente celebran este día, sin embargo hoy en día se festeja también a todos aquellos que comparten la amistad, ya sea maestros, parientes, compañeros de trabajo y todo el que siente, tenga la edad que tenga, el olor del amor que, como flor de primavera, nunca debe perder su agradable perfume. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad!


Una reflexión:

Esa mañana llevaba mi vieja chaqueta para estar por casa. Hace años que la compré. Está un poco vieja y con el tiempo se ha ido quedando sin pelo, pero le tengo un cariño especial.

Con el paso de los años se ha ido acoplando a mi modo de vivir y de ser de una forma mágica. Cuando me la pongo me siento tan a gusto.

¿No te pasa que hay una prenda de vestir en tu armario que no sabes la razón pero la cuidas como si fuera de alta costura?

Sigues a pie juntillas las normas correctas de lavado que te aconsejaron cuando la compraste. Además, ya conoces sus trucos para que este en excelente grado de calidad. Se lava con el jabón adecuado, se pone un poco de suavizante, cada día se le quitan las bolitas de la lana que se hacen con el roce, se tiende con esmero,…en fin, que la tratas con tanto cuidado para que no se estropee que parece que es la mejor que tienes.

Muchos me sugieren que la cambie, que esta apelmazada con los años, que siempre es la misma, que hoy en el mercado hay unas estupendas y mucho mas divertidas.,…Pero, no. No pienso tirarla. Esta chaqueta es la mía.

Pues bien, pensaba que la felicidad duradera es la que nos trabajamos día a día, la que cuidamos con esmero, y se intenta mejorar, como a esa vieja chaqueta a la que quitamos con ternura y respeto las bolitas de lana que se hacen con el roce, para ir adaptándola hasta convertirla en la prenda de las mil caricias más importante del armario.


Una imagen:

Sé que a algunos les puede parecer muy macabra. Pero a mí me encanta todo el simbolismo que encierra: dos enamorados que posiblemente murieron juntos y que compartían la eternidad juntos, abrazados el uno al otro durante más de 5.000 años. Reflejo del amor puro que compartiran con Dios en el Cielo. Un amor que será eterno y que aquí en la Tierra sólo lo han podido romper los hombres, descubriendo su oculta intimidad.

El amor es paciente, es servicial, no es envidioso, no es ostentoso, no se hincha; el amor no ofende, no busca el propio interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.
El amor no pasa jamás. Desaparecerán las profecías, las lenguas cesarán y tendrá fin la ciencia” (I Cor 13, 4-8)

Fuentes: Wikipedia, Catholic.net, el blog "Genio femenino" y el blog "La hoja del Arce"

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