miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad



Oración.


Gracias Padre, que nos amaste tanto que nos diste a tu Hijo.

Gracias Jesús por haberte hecho niño para salvarnos.

Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que Dios nos ama y que nosotros debemos amar a los demás.

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que da más alegría el dar que el recibir,

Señor Jesús, Tú viniste a decirnos que lo que hacemos a los demás te lo hacemos a Ti.

Gracias María, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.

Gracias San José, por cuidar de Jesús y María.

Gracias Padre, por este momento de paz, de amor, que Tú nos has dado para alabar a tu Hijo. Te pedimos que nos bendigas, que bendigas estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar y bendigas las manos que los prepararon, por Cristo Nuestro Señor,

Amén.

Relato de lo sucedido a la Marimorena y su borrito Sabanero.

_“uhm! cuanto camino nos faltará para llegar al pueblo?, tengo el presentimiento que estamos cerca, pero ya no veo a los demás pastores del grupo, seguro que ya llegaron y nosotros por acá perdidos!.

Cuando partimos hacia Belén no recuerdo haber pasado por esta vereda...Colonia?, no de este nombre no me acuerdo, hay esta mala costumbre de perderme y tu burro tenias que ser, no te fijas!, no te fijas en el camino!, no vuelvo a confiar en ti...

Valiente compañero!.

Ay! mil excusas señoras y señores, con tanto trajín y preocupación no los había saludado, buenas tardes.

Dejen presentarme, yo me llamo Mari-morena, pa’ servirles y este es mi compañero Sabanero... Sabanero saluda... por lo menos rebuzna pero no seas maleduca’o, que eso no lo has aprendi’o de mi....

_ (El burro rebuzna)

_Déjenme contarles que fue lo que me paso y porqué estoy yo aquí.

Una noche después de la jornada, estaba yo y mis compañeros

_ (se escucha una voz: El burro por delante).

_si, si Sabanero estaba echado en el suelo delante de nosotros, se nos apareció un ángel, resplandeciente, todo se lleno de tranquilidad y todo brilló entre nosotros ,uff al principio yo me asusté tanto, tanto que el corazón casi se me sale del pecho!.

Pero el ángel nos dijo:

_“No temáis, porque les traigo una buena noticia, que será de alegría para todos, Hoy les ha nacido el Mesías, el Señor. Como señal encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo”.

_Así que todos nos pusimos en camino a Belén, a Belén pastores, debemos marchar que el Rey de los Reyes ha nacido ya.

Y así fue, todo cuanto el ángel nos dijo, así mismito sucedió todo.

La Virgen y San José nos recibieron con cariño. Ah! vieran ese niño es una hermosura, precioso, precioso!, sobre unas pajitas tendidito estaba, tiene una sonrisa, que paz ver sus ojos, yo me muero por El, la boca es de la mamá, si, los ojos del papá, bien lindo, precioso ese nene, es un rey, hay hablando de reyes, llegaron también 3 señores muy elegantes de oriente a ofrendar al recién nacido, si le llevaron cada uno un regalo: El señor Melchor le llevo oro, el señor Gaspar le regaló incienso, y el sabio Baltasar le llevo mirra.

Yo les pregunté si a ellos también se les había aparecido un ángel anunciándoles el nacimiento de Jesús, pero ellos me dijeron que no, que fue una estrella muy brillante quien los guió hasta Belén hasta llegar al establo donde encontraron al niño.


La virgen María, la mamá del niño me contó que ellos vienen de Nazaret, un pueblo de Galilea, pero por orden del César, tenían que ir a Judea a censarse, pues José era descendiente del rey David quien habia nacido en Judea, en Belén. sucedió que mientras estaban en Belén a María se le presentan los dolores y ellos ¡donde encontraban posada!, tocaron muchas puertas pero nadie, nadie tenia un lugar, ni un rinconcito para ellos, el único lugar donde pudieron alojarse fue un establo y allí, allí nació nuestro Mesías entre paja, mulas, borricos, ovejas, sus dichosos padres y nosotros los pastores lo adoramos, con flautas, tambores, y salterios.

Después la Virgencita cantándole al niño: A la nanita, nana, nanita, nana, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea” lo arruyó y durmió. Que padres tan amorosos!.


En todo este tiempo que hemos estado caminando queriendo regresar a casa, hemos vivido mi burrito y yo muchas navidades.

Hemos visto familias, amigos, comunidades que se alegran, que viven esta época como hermanos, que comparten, que se aman y como no estar de fiesta, si una vez mas Dios nos dá el regalo mas grande del mundo, su hijo amado, que viene a salvarnos.

La alegria y la esperanza se refleja en todas partes, en las calles y casas adornadas e iluminadas,

que lindo que asi resplandezca tambien nuestra vida para alumbrar a los que aún andan en la oscuridad.

Por que el que tienen a Jesús en el corazón tienen la luz.

Ustedes saben que en el imperio romano se celebraba el 25 de diciembre una fiesta dedicada al dios sol, y cuando el cristianismo fue la religion oficial de Roma, se impuso en la misma fecha la celebracion de la navidad, para significar que Jesús era o es el nuevo sol. Entonces que suenen las campanas de alegria porque viene Jesús a llenarnos de luz.


De la misma manera como hay personas alegres, también hay personas y familias que en la navidad están desesperadas, como locas..

Una vez llegamos a una ciudad bien extraña, los centros comerciales anuncian sus ofertas, todos los almacenes están a reventar de compradores, todos estaban corriendo de un lado para otro con muchas bolsas, cajas, hay no que caos. Me puse a ver a cada transeúnte y veía un extraño brillo metálico en sus caras, parecían maquinas, si maquinas que solo compraban y consumían. Había un limosnero con hambre y frío que pidió por una moneda, pero nadie tendió su mano para ayudarlo, y como? si las máquinas no pueden percibir la necesidad del ser humano. su lema es “demuéstrame cuanto me amas comprándome cosas, de buena marca y calidad”. Esas personas habían olvidado con el tiempo el verdadero sentido de la Navidad, ella adquiere un significado totalmente diferente cuando se deja que lo material desplace la espiritualidad.

Imagínense que en esa ciudad una vez un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:

- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.

La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.

De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme?

Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.

- ¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.

- Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina.

¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?

Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champán en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos cócteles.

Mientras tanto alguien volvió a tocar a su puerta.

Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús.

Era un niño de la calle.

- Señora, déme un plato de comida.

- ¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita.

Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a quedarse dormidos.

A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró, con gran espanto frente a un ángel.

- ¿Angel mentiroso? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?

- No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo el ángel.

Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento.

Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

Amigos, que no nos suceda lo mismo a nosotros. Reconozcamos en nuestro prójimo a nuestro Jesús.

Dejemos que ésta Navidad Jesús sea nuestro huésped.

Démonos tiempo para apartarnos un ratito y preparar con las manos de la oración, el lugar donde nacerá Jesús.

Echemos fuera los empolvados temores, quitemos las telarañas de nuestras preocupaciones.

Entonces de gozo todo resplandecerá,

el hogar con paz se bendecirá, y El Niño mismo entrará en nuestro corazón para ser huésped esta noche de paz.


Ya para despedirme les voy a leer una poesía que le gusta mucho a Sabanero, se llama:

Mira de nuevo, es Navidad


Si en tu corazón hay un poco más de amor, es Navidad.

Si has decidido perdonar a alguien, es Navidad.

Si buscas a Dios de verdad, es Navidad.

Su aumenta el gozo de tu fe cristiana, es Navidad.

Si en tu alma florece la esperanza, es Navidad.

Si trabajas por la justicia entre los hombres, es Navidad.

Si tienes deseos de vivir y los comunicas a los demás, es Navidad.

Si sabes sufrir con amor, es Navidad.

Si eres perseguido o se ríen de ti por causa del Evangelio, es Navidad.

Si te alegras de ser hijo de Dios en la Iglesia, es Navidad.

(Pbro. José Luis Fernández Martín)

Gracias


Edy
(Texto de la obrilla representada en el Concierto de Navidad. 20.12.2009)

No hay comentarios:

Publicar un comentario