lunes, 7 de diciembre de 2009

Feliz día de San Nicolás (aunque sea con retraso)


Aunque sea con retraso, ya que este fin de semana no he estado en Colonia, quería desearos un feliz día de San Nicolás y seguro que os ha traido a todos un montón de chocolates y galletitas.

Yo no conocía esta bonita tradición hasta que llegué a Alemania, donde es un día señalado igual que en varios países de centroeuropa: Bélgica, Holanda, Austria, Chequia, Polonia, Luxemburgo y Suiza, dónde se mantiene su figura independiente del hombre de Navidad (Weihnachtsmann).
Me interesé un poco por su figura e historia, y me agradó mucho conocer que San Nicolás es una figura histórica que vivió en el siglo IV en el imperio Bizantino (Licia actual Turquía) y que era de origen griego. Desde pequeño mostró su espiritú religioso y llego a ser obispo de Mira (capital de Licia). Su vida se caracterizó por su generosidad para con los pobres, llegando a decir: "sería un pecado no dar mucho, cuando Dios nos ha dado tanto". También se le atribuyen varios milagros como el de salvar a 3 niños acuchillados por un hombre, o de calmar una tempestad a petición de unos marineros que se vieron en trance de muerte (es patrón de los marineros).
Su devoción es grande en la iglesia oriental Ortodoxa, y en la europa occidental también a partir del traslado de sus reliquias desde Mira a la ciudad italiana de Bari (en 1087, tras la invasión musulmana de Turquía). De esta devoción y cariño a San Nicolás se celebra su fiesta el 6 de diciembre (día de su muerte en 345), y así, como muestra de su generosidad y amor hacía los niños, se recuerda su vida benéfica dejando chocolatinas, galletas y otros regalos en los calcetines y zapatos de los niños.

En los países que todavía conservan esta tradición se representa a San Nicolás con su atuendo de obispo: capa roja, mitra y báculo. Me llamó la atención cómo en Holanda la creencia popular dice que San Nicolás viene desde España en barco hasta Holanda, todos los años, para dejar los regalos. Esta idea procede de que San Nicolás vendría desde Bari donde reposan sus restos, y está ciudad fue española desde el siglo XV hasta el XVIII. Y el barco vendría a representar su patronazgo sobre los marineros.

San Nicolás es el origen de otro personaje que con diferentes denominaciones le ha sustituido en la mayoría de los países que celebran la Navidad: Santa Claus, Santa Clos, Sancho Clos, Viejito Pascuero, Papá Noel y Weihnachtsmann. Está transformación se produjo en Estados Unidos, que debido a su dominio cultural y propagandístico sobre el mundo a conseguido imponer está figura transformada de San Nicolás.
Parece ser que los primeros colonizadores de los Estados Unidos, junto a los ingleses, fueron los holandeses, los cuáles llevaron su tradición de celebrar San Nicolás (Sint Nicolaas, popularmente conocido como Sinterklaas). Con los años los estadounidenses tradujeron el Sinterklaas holandés como Santa Klaus, y lo transformaron en un personaje fruto de la mezcla de diferentes leyendas y cuentos. Así Santa Klaus ya dejaría de ser una figura cristiana, su atuendo de obispo se trasformaría en el típico abrigo de piel y el gorro con bola. Ahora vive en el polo Norte (Laponia) donde trabaja junto a unos enanitos o duendes fabricando los juguetes para los niños, y para transportarse utiliza un trineo tirado por renos. Su festividad se ha trasladado al día de Navidad.
Este personaje sería exportado con éxito por la cultura anglosajona a todos los rincones del mundo, llegandose a producirse la paradoja que en los países donde se celebra San Nicolás, como es el caso de Alemania, también se celebre Santa Klaus o el Weihnachtsmann, a pesar de que tienen su origen en la misma figura histórica.
Yo, si tengo que elegir, me quedo con San Nicolás. Por dos razones, primera porqué guarda mejor la tradición y la esencia del personaje, así como los valores cristianos y de generosidad que le acompañan. Y segundo por la fecha, San Nicolás se celebra en su festividad, mientras que el Weihnachtsmann se le ha hecho coincidir con la Navidad, y debido a toda la publicidad y campañas de promoción de los comercios, ha llegado a eclipsar el verdadero sentido de la Navidad, que es el nacimiento del niño Jesús, el salvador de la humanidad. Su degeneración ha llegado a tal extremo que se ha convertido en un icono del consumismo, no hay en estas fechas un gran centro comercial o anuncio publicitario que no salga un Papá Noel recordándonos que fechas son y ofreciéndonos productos para regalar. Casi (por no decir todo) el espíritu contrario a la verdadera Navidad, representada por la sencillez y la pobreza del Niño-Dios nacido en una cuadra y entre animales.
Estoy casi seguro de que si se hiciera una encuesta entre los niños de países de tradición cristiana, la mayoría recordaría la Navidad por la llegada de Papá Noel y sus regalos, antes que por la llegada del niño Jesús.

Creo que por nuestra parte, como cristianos, estamos haciendo las cosas muy mal, y por la otra parte, desgraciadamente, muy bien.

Aquí les dejo una foto de San Nicolás visitado por niños y no tan niños.


Espero que conservemos el espirítu de niños, recordando y manteniendonos también fiel a la figura de este gran santo dentro de nuestras bellas tradiciones.

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