VII DOMINGO DE PASCUA - CICLO C : 16/05/2010 - Nr.149
QUE EL AMOR QUE ME TENÍAS ESTÉ CON ELLOS
ELLOS HAN CONOCIDO QUE TU ME ENVIASTE; Así como lo hizo el diácono Esteban, que fue capaz de entregar su vida dejándose apedrear hasta la muerte, mientras tenía esa visión hermosa de la gloria de Dios, que nosotros, en estos tiempos difíciles que nos esta tocando vivir en la Iglesia actual, también sepamos ser capaces de distinguir la Verdad que procede de Dios donde quiera que se encuentre, y no nos dejemos engañar por el demonio que intenta a toda costa envenenar nuestra mente y nuestra alma para alejarnos de Dios, poniendo ante nuestros ojos como “verdadero”, cosas que nos parecen bonitas o agradables a los sentidos pero que son el más puro reflejo de la mentira y el engaño como lobos disfrazados de ovejas.
P. OSCAR ECHEVESTE.
En aquellos días, Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: - «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.» Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: - «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, expiró.
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: - «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»
ACCIÓN DE GRACIAS
Un alma recién llegada al cielo se encontró con San Pedro. El santo llevó al alma a un recorrido por el Cielo. Ambos caminaron paso a paso por unos grandes talleres llenos con ángeles. San Pedro se detuvo frente a la primera sección y dijo: "Esta es la sección de recibo. Aquí, todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración son recibidas." El ángel miró a la sección y estaba terriblemente ocupada con muchos ángeles clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel de personas de todo el mundo.
Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección y San Pedro le dijo: "Esta es la sección de empaque y entrega. Aquí, las gracias y bendiciones que la gente pide, son empacadas y enviadas a las personas que las solicitaron." El ángel vio cuan ocupada estaba. Había tantos ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones estaban siendo empacadas y enviadas a la tierra.
Finalmente, en la esquina más lejana del cuarto, el ángel se detuvo en la última sección. Para su sorpresa, sólo un ángel permanecía en ella ocioso haciendo muy poca cosa. "Esta es la sección del agradecimiento" dijo San Pedro al alma. "¿Cómo es que hay tan poco trabajo aquí?" - preguntó el alma. "Esto es lo peor"- contestó San Pedro. "Después que las personas reciben las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento." "¿Cómo uno agradece a las bendiciones de Dios?" "Simple" - contestó San Pedro, "Solo tienes que decir, gracias Señor"
Valoro mucho las publicaciones que se realizan en esta página.
ResponderEliminarHe podido encontrar mensajes que tocan mi alma y sirven para los momentos que estoy viviendo.
gracias
Estimado amigo,
ResponderEliminarmuchas gracias por tus palabras, son la mejor recompensa al tiempo y trabajo que se le dedica a la página.
Espero que estés bien y si estos momentos son duros para tí, deseo que Dios te ayude y salgas fortalecido en tu fe.