La entrada está copiada íntegramente del blog de Bruno Moreno: "Espada de doble filo".
"Bono no es precisamente una autoridad en materia teológica. Como hijo de una madre protestante y un padre católico y estudiante de un colegio “ecuménico", no es extraño que este irlandés tenga las ideas bastante confusas en ese aspecto. He leído, sin embargo, unas declaraciones suyas que me han gustado bastante, porque muestran que ha comprendido dos aspectos fundamentales del cristianismo que mucha gente no tiene claros.
Se trata de parte de una larga entrevista que fue publicada hace tiempo en forma de libro. El lenguaje es coloquial pero trata un asunto fundamental. Especialmente ahora que mucha gente usa palabras como “karma” (en la televisión se escucha constantemente) sin saber realmente lo que significan, más por la sensación de ser modernos y sofisticados que por otra cosa, creo yo. Y, lo que es peor, ahora que mucha gente considera que palabras como la “gracia” son algo anticuado, pasado de moda y sin ningún valor.
Como ya he dicho, Bono no es un teólogo. De hecho, en los párrafos que recojo aquí mete un par de veces la pata y, en los anteriores, se quejaba de la moral de la Iglesia con respecto a los anticonceptivos (aunque también hablaba con mucho cariño y respeto del papa Juan Pablo II y de la Iglesia Católica). Sin embargo, en estas líneas, es capaz de ir al centro de dos cuestiones que están constantemente flotando en las ideas que la gente de hoy en día tiene de la religión y del cristianismo. Y, por ello, quizá el mismo lenguaje coloquial que utiliza resulta especialmente potente.
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Entrevistador: Creo que empiezo a entender la religión porque he comenzado a actuar y a pensar como un padre. ¿Qué te parece?
Bono: Sí, creo que es normal. La idea de un Dios que creó el universo pueda buscar compañía, una verdadera relación con la gente, resulta asombrosa, pero lo que hace que me ponga de rodillas es la diferencia entre la Gracia y el Karma.
Entrevistador: No te he oído hablar sobre eso.
Bono: Creo que hemos pasado del reino del Karma al de la Gracia.
Entrevistador: Bueno, eso no me aclara nada.
Bono: Pues mira, en el centro de todas las religiones está la idea del Karma. Ya sabes, lo que des, eso recibirás: ojo por ojo y diente por diente. O, en la física, en las leyes físicas, cada acción suscita una reacción igual u opuesta. Tengo muy claro que el Karma está en el mismo centro del universo. Estoy absolutamente seguro de ello. Y, sin embargo, llega esta idea de la Gracia para dar la vuelta a todo ese asunto del “según sembréis, eso cosecharéis". La Gracia desafía a la razón y a la lógica. El amor interrumpe, podríamos decir, las consecuencias de tus acciones, lo cual, en mi caso, es una muy buena noticia, porque he hecho muchas estupideces.
Entrevistador: Me gustaría escuchar algo de eso.
Bono: Eso queda entre Dios y yo. Pero tendría un gran problema si el Karma fuese a ser mi juez al final de todo. Estaría de mierda hasta el cuello. Eso no disculpa mis errores, pero confío en la Gracia. Confío en que Jesús subió mis pecados a la Cruz, porque sé quien soy y espero no tener que depender de mi propia religiosidad.
Entrevistador: El Hijo de Dios que quita el pecado del mundo. Me gustaría poder creer en eso.
Bono: A mí me encanta la idea del Cordero del sacrificio. Me encanta la idea de que Dios dice: Mirad, cretinos, hay ciertas consecuencias de ser como somos, del egoísmo, y ser mortales es parte de vuestra naturaleza pecadora, y, afrontémoslo, no estáis viviendo una vida muy buena, ¿verdad? Las acciones tienen consecuencias. La importancia de la muerte de Cristo está en que Cristo tomó sobre sí el pecado del mundo, de manera que lo no recibamos lo que hemos dado, de manera que nuestra naturaleza pecadora no reciba la muerte que claramente merece. Eso es lo importante. Debería mantenernos humildes… No son nuestras obras las que consiguen que atravesemos las puertas del cielo.
Entrevistador: Es una idea estupenda, no se puede negar. Esa esperanza es maravillosa, aunque está muy cerca de la locura, en mi opinión. Cristo tiene su lugar entre los grandes pensadores del mundo, pero… Hijo de Dios, ¿no es demasiado?
Bono: No, no me parece que sea demasiado. Mira, la respuesta secular a la historia de Cristo siempre dice lo mismo: era un gran profeta, claramente un hombre muy interesante, tenía mucho que decir en la línea de otros grandes profetas, como Elías, Mahoma, Buda o Confucio. Pero, de hecho, Cristo no te permite tener esa opinión. No te deja sacarte ese anzuelo. Cristo dice: No. No estoy diciendo que sea un maestro, no me llaméis maestro. No estoy diciendo que yo sea un profeta. Estoy diciendo: “Soy el Mesías”. Estoy diciendo: “Soy Dios encarnado”. Y la gente dice: No, no, por favor, simplemente sé un profeta. A un profeta podemos aceptarle. Eres un poco excéntrico. Hemos tenido a Juan el Bautista, que comía saltamontes y miel silvestre y eso lo podemos aceptar. ¡Pero no uses la palabra que empieza por “M”! Porque, sabes, vamos a crucificarte. Y Él dice: No, no. Ya sé que esperáis que vuelva con un ejército y os libere de estos miserables, pero soy realmente el Mesías. Y, en ese momento, todo el mundo empieza a mirar al suelo y dice: Oh, Dios mío, va a seguir diciéndolo. Y, lo que te queda, es: o bien Cristo era quien decía que era, el Mesías, o se trataba de un loco de atar. Me refiero a un loco del nivel de Charles Manson. Este hombre era como algunas de las personas de las que hemos hablado antes. Este hombre se estaba atando a una bomba y tenía escrito “Rey de los Judíos” en su frente y, cuando le subían a la Cruz, estaba diciendo: De acuerdo, martirio, allá vamos. ¡Que venga el dolor! Puedo soportarlo. No estoy bromeando. La idea de que todo el curso de la civilización en la mitad del globo terrestre pudiera ser cambiado totalmente por un loco… para mí, eso es lo que es demasiado.
Bono afirma luego que todo se reduce a la cuestión de cómo consideramos a Jesús:
Bono: … Si tan sólo pudiéramos ser un poco más como Él, el mundo se transformaría… Cuando miro la Cruz de Cristo, lo que veo allí arriba es toda mi mierda y la de todos los demás. Así que me hago una pregunta que mucha gente ha planteado: ¿Quién es este hombre? ¿Y era quien dijo que era o se trataba simplemente de un loco religioso? Y ésa es la cuestión. Y nadie puede convencerte para que des una respuesta o la otra.
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