HOJA PARROQUIAL
II DOMINGO DE PASCUA - CICLO C – 11/04/2010 - Nr.144
LA MISERICORDIA DEL SEÑOR ES ETERNA,
!!!!! ALELUYA, ALELUYA¡¡¡¡¡
¿Somos todos santos?
Es curioso como hemos ido sustituyendo el nombrar „el pecado” por designaciones más modernas y concretas:“consumo de drogas“ ,“abuso de menores“,“explotación exhaustiva de la creación“,etc.
La alergia a „confesarse“es típica de nuestro tiempo. En cambio famosos y famosas lo hacen públicamente. Tiger Woods da a conocer en los medios su adulterio, la obispo Kässmann reconoce que condujo borracha, el obispo Zollitsch dice a la prensa que la Iglesia cometió fallos enormes en el espinoso asunto del abuso de menores.
Pero no nos hagamos ilusiones. El pecado fue siempre y seguirá siendo más atractivo que las virtudes. Aplausos frenéticos en el Carnaval de Río para las carrozas de los siete pecados capitales. Apenas reacciones para las carrozas de los DIEZ MANDAMIENTOS.
La liberación de la culpa es cosa exclusiva de Dios. San Pablo lo explica muy bien en su Carta a los Romanos, cuando habla de la JUSTICIA DE SALVACION para todo el que cree. Pecado es la ruptura entre el hombre y Dios. Claro que con muchas variantes e implicaciones. Pero, ¿quién pueda afirmar que ha mantenido intacta esa relación?
Manuel Martin-Pozuelo, Dr.theol.
Evangelio
Juan(20,19-31):
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario